Estamos (finalmente) en los
cierres de campaña. Luego de un par de meses de ser atosigados, cual vil
pretendiente de una chamaca que no está de mal ver (y claro que no lo está,
porque conquistarnos significa llevarse el premio mayor), hemos recibido
mensajes de todo tipo, por la tv, el radio, espectaculares, trípticos,
internet, y un largo etcétera que pasa por la reiteradas violaciones del mal
llamado partido verde a la leyes electorales.
Lo malo es que esa saturación
significa, para muchos, el hartazgo hacia algo que ya de por sí se les ha hecho
indeseable: la política. A eso hay que sumarle una campaña que inició Javier
Sicilia, pidiendo que nos abstengamos de votar. De manera paralela los papás de
los 43 de Ayotzinapa, han pedido lo mismo. Y pongamos el pilón del hartazgo de
mucha gente. Todos los desilusionados porque los cambios de partido sólo
significaron cambio de gente, pero no de actitud, pues se ha seguido con el
robo, la promoción anticipada del suspirante a otro puesto. Al menos en el estado
de Morelos, el candidato por el que se apostó (y muy fuerte) para un cambio en
el gobierno, nos salió más “pior” (“pior” es peor que peor, dijera alguien), y
Graco sólo ha sido fuente de enojos por su incapacidad para escuchar al pueblo.
Así las cosas, hay gente que ha pensado que lo mejor es ir y anular su voto, o
definitivamente no ir a votar. Pero ¿es esta una buena opción?
¿Vale la pena anular el voto o
abstenerse?
La verdad es que ¡NO!, mucho
menos si formas parte de los que consideran que EPN ha sido un tipo bastante
nefasto como gobernante, con un equipo de trabajo sumamente cínico.
¿Por qué no conviene abstenerse?
Simple. Si tu abstención es tu forma de protestar, lo único que lograrás será
garantizar el triunfo de esos partidos que nos han estado afectando muy
seriamente y, entonces, te volverás en cómplice por omisión de ese triunfo. ¿Es
eso posible? Por supuesto. Por una cuestión muy simple: el voto duro. Esto es,
todo ese grupo de personas que por algún motivo (llámese compadrazgo, o
coacción –como está ocurriendo en Jiutepec donde se ha obligado a muchos
trabajadores del ayuntamiento a apoyar a los candidatos de MORENA so pena de
quedarse sin trabajo) van a apoyar a un partido en específico. Ejemplo, todos
los que reciben su despensa, o $500 a cambio de su voto, aquellos afiliados a
un partido político, los que están enajenados por televisa y tv azteca,
aquellos que han recibido la promesa de obtener un hueso si un candidato gana…
Ellos no dejarán de votar por ningún motivo.
Abstenerse sería válido sí y sólo
sí nadie votara. Sin embargo, esto es bastante improbable que pase. De manera
tal que si tú te abstienes, garantizas que ese voto duro le dé la victoria a
ese partido que ya no quieres que siga viviendo de tus impuestos.
Explicado con manzanitas: aunque 12 de 20 personas se abstuvieran, nos quedan 8, si de ellas hay 3 que votan por
el PRI, 2 por el PAN, y las restantes por el PRD y los minipartidos… ya
con eso es suficiente para darle el triunfo al PRI. ¿DE QUÉ TE SIRVIÓ
ABSTENERTE?
Tú tienes la decisión final.
Define por quién vas a votar y por qué.