BIENVENIDOS A DISIENTO. EL BLOG DE DAMIAN MONTAÑO

Algo hay de soberbia al tener un blog, es un espacio de exhibición personal abierto a todo mundo. Cierto, y no lo niego. Pero es, a la vez, una posibilidad de expresar ideas, generar debate y reflexión acerca de temas que muchas veces no son abordados como debiera ser (aunque no creo que aquí se pueda en su totalidad) y esta es mi intención.
Espero que a partir de estas lecturas podamos salir, liberarnos, de la enajenación tan en boga, del materialismo, del consumismo, de la virginidad neuronal y podamos ver el otro lado de algunas cosas que consideramos tan normales o que vemos sólo por encimita. En el último de los casos, me conformo con que sea un lugar pa'l chismorreo rico, del que te dan ganas de seguir en él.
Espero que lo disfruten y cooperen haciendo críticas, aportando datos, discrepando. De hecho, de ahí viene el nombre: DISIENTO, no estoy de acuerdo, pero refuto, cuestiono, pienso.
Ojalá y el objetivo se cumpla.

martes, agosto 29, 2006

LAS LECCIONES DE LA HISTORIA

Continuando con esta cuestión de las marchas y el papel de AMLO en toda esta “lucha por la democracia” llegan a mi memoria algunas lecciones que la historia de México ha brindado a todos aquellos que se molestan en conocerla. Estas lecciones vienen a colación porque hay una frase que dice “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” y aquí, por supuesto, podemos incluir a los sujetos como entes individuales.

La semana pasada el buen AMLO sugería la idea de una revolución (y aunque especificó después que no se refería a una lucha armada, sino más bien a una reforma –que entonces ya no es una revolución), e intenta, como lo ha hecho en otras ocasiones apelar al apoyo del pueblo que le sigue, para dar una muestra de “verdadera” democracia (término que podemos cuestionar y averiguar si en verdad la democracia existe)…… lo malo es que el hombre se está metiendo “entre las patas de los caballos”, pues su actitud puede llevar a un efecto de bola de nieve, una bolita pequeña que termina en una bola enorme difícil de detener, y a terminar muy mal parado.

Ciertamente el está cumpliendo con su papel de líder. Y aquí le doy toda la razón a Ernesto Villalobos cuando platicábamos sobre AMLO y decía que, como líder, no puede “echarse para atrás” pues eso sería algo contraproducente ya que quedaría como un cobarde y todo el apoyo que tiene, incluida la popularidad, se le escaparía “para nunca más volver” (tal como a Hidalgo le pasó al no aceptar tomar la ciudad de México y dar marcha atrás, de ahí “pa’l real” el movimiento insurgente empezó a decaer, hasta que fueron capturados él y sus principales jefes y condenados a muerte), sin embargo, AMLO olvida una cuestión importante: dejar a la gente tomar sus propias decisiones puede ser contraproducente para él y su movimiento. Le pasó al mismo Miguel Hidalgo, por querer llegar “hasta donde la gente quiera” los dejaba hacer desmanes y saquear propiedades en las plazas que eran tomadas por los insurgentes, empezó a perder el control sobre su tropa, esto, en consecuencia, le trajo un distanciamiento enorme con sus generales (hombres de guerra, con una formación militar de academia), sobre todo con Allende, su brazo derecho y estratega militar, situación que, si bien no terminó en una ruptura de “no te vuelvo a dirigir la palabra”, si se reflejó en una decaída de su ejército que llevó, como lo mencioné más arriba, a una derrota y a la muerte. El riesgo que está corriendo AMLO es el mismo, sino vean como Carlos Monsivais, uno de sus principales asesores-defensores, “pintó su raya” respecto al cierre de Reforma, y como él hubo muchos intelectuales más que se distanciaron un poco. Esperemos, para su bien, que no rompa con ellos en un arranque de marxismo-leninismo barato (digo esto porque cuando iniciaba la revolución rusa un historiador se acercó a Lenin para ofrecer sus servicios y ser el que fuera recopilando todo y registrar lo que pasara, la respuesta fue de la más pura soberbia que sólo estos hombres pueden hacer: “la revolución no necesita historiadores” y lo “bateó”) y decida que su revolución-reforma no necesita apoyo de los intelectuales. Ampliemos lo antes dicho con otro punto importante: la protesta de sus seguidores en la Catedral Metropolitana. Uno de sus portavoces dijo después de la intromisión en tal reciento el pasado domingo 20, que esa acción no había sido organizada por López, ni por alguien cercano a él; ergo, si eso es real, están empezando a perder el control de la tropa, eso es grave; y si no es real, esto es, que haya sido una acción organizada por AMLO o sus operadores políticos, eso es todavía más grave.

Otra más: recientemente AMLO anunció un boicot contra las empresas que atentan contra la democracia y el movimiento que él coordina (recordemos que para él toda la campaña en su contra está auspiciada por la iniciativa privada, quien no lo quiere ni tantito) aquí incluyó a las empresas de su benefactor y defensor tácito: Carlos Slim (el hecho de que el grupo CARSO apoyara la recuperación del centro histórico de la ciudad de México fue considerado como un espaldarazo a su administración cuando muchos empresarios lo estaban dejando fuera), SEARS, Samborn’s, entre otras. Entiendo su actitud, sin embargo “le está dando de patadas al pesebre” y si pierde este apoyo ¿en quién se va a apoyar si llegase a la presidencia? Aquí viene otra lección: cuando Hitler inició la recuperación de Alemania no lo hizo de esa manera tan atrabancada (a Hitler podrán criticarle lo que quieran pero no la política económica que llevó a la recuperación de su país de una manera sorprendente), fue un proceso en el que contó con el apoyo de muchos sectores de la población alemana, renunciando al apoyo de la banca internacional y las multinacionales (parte de la lucha en su contra se debe a eso, estaba poniendo el desorden, si en los demás países intentaban lo mismo y lo conseguían con la misma estrategia ¿quién iba pedir dinero prestado a la banca y implorar la presencia de la IED en su país?), pero contando con el apoyo del pueblo para iniciar una reestructuración económica. Aquí nosotros tenemos una gran diferencia: seguimos creyendo que lo que necesitamos para salir de pobres es lástima y limosna, ¡que nos aumenten el sueldo de nueve mil a no sé cuánto! (estoy de acuerdo que nuestros empresarios son unos miserables que no quieren deshacerse de sus ganancias, pero el modo que AMLO propone tampoco se me hace el correcto), nos oponemos a la reestructuración del IMSS, de PEMEX (y no es que esté de acuerdo con su privatización, ¡NI DE BROMA!) y a trabajar bien (pregúntenle a todos los sindicalizados de muchas instituciones de gobierno que no quieren perder sus privilegios). Yo sólo sé que de esta forma no saldremos de pobres ni del tercer mundo, Y ESO NO SERÁ CULPA DEL CAPITALISMO RAPAZ, NI DE LOS BURGUESES, NI DEL PARTIDO EN EL PODER, NI DE UN COMPLOT, SINO DE NUESTRO SUBDESARROLLO MENTAL QUE NO NOS PERMITE CAMBIAR ESQUEMAS. Cierro con una comparación más: Hidalgo (¡el pobre se ha de estar revolcando en su tumba por mi culpa!) olvidó, al comenzar su levantamiento, que había mucha gente que deseaba la independencia del país, no sólo los indígenas (quienes eran los que menos sabían de tal cosa, y mucho menos la deseaban) sino también mestizos, criollos y peninsulares; parte de su derrota se debió a eso (alguna vez, tanto Iturbide como Calleja coincidieron en que si el movimiento insurgente no hubiese enfrentado a indígenas con los demás hubiese triunfado prontamente), y él lo reconoció en una carta que escribió algunos días antes de ser fusilado (parte de esa carta la ha transcrito Salvador Borrego en América Peligra). ¿Qué tanto no es éste un error de López? Tal vez ustedes tengan una respuesta.

Las lecciones, se habrán dado cuenta, no son sólo para él, sino también para nosotros. Piénsenlo y nos leemos luego.

No hay comentarios.: