El día domingo pasado se festejó en el pueblo de Tejalpa a San Lucas, uno de los cuatro apóstoles, quien tiene por día de fiesta el 18 de octubre, la celebración es interesante pues presenta una mezcla de elementos religiosos del México prehispánico y del catolicismo español.
Contamos con una misa, netamente católica, pero también hay toda una procesión que inicia en la iglesia del pueblo y baja por el antiguo camino real a Yautepec, va una banda (léase comparsa de viento) tocando el "Xochipitzahuatl" (en español "Flor menudita"), al ritmo de esta melodía van una mujeres bailando a lo largo de todo el trayecto, aunque hay que reconocer que suelen ser señoras de edad avanzada (la mayoría de ellas anda de los 60 hacia arriba), formando dos filas que van detrás de los sacerdotes (en esta ocasión fueron tres), siendo ellos quienes encabezan dicha procesión, pero además, quienes portan lo que se conoce como vara de mando (un carrizo cubierto con ramas de algún árbol y flores, en este caso de ahuehuete y zempaxochitl, respectivamente) pues son ellos en el México antiguo las máximas autoridades del pueblo. Una vez llegando al ojo de agua da inicio una misa.
Resulta interesante el discurso del sacerdote, es un discurso que me sonó a Teología de la Liberación: el rescate de las tradiciones, el respeto a ellas como parte de una identidad nacional, y la aceptación de ese pasado prehispánico por parte de la Iglesia Católica y su inserción en el resto de tradiciones; además de que, cumpliendo con la disposición de Ratzinger, una parte de la misa va en latin, pero como para contrapeso aparece de nuevo la Teología de la Liberación, una parte estuvo en nahuatl, en ambos casos fue la misma parte de la misa: el padre nuestro. Al final de la misa se presentó una ofrenda (lo malo es que no pude ver donde se hizo, anteriormente era en una de las salidas del agua, donde se colocaban alimentos), según la interpretación actual, para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas... pero la realidad está más lejos: esta ofrenda era, según yo, una de dos, o para Tlaloc, por el ciclo de lluvia que va de salida, o bien para los chaneques, esos seres que cuenta la tradición viven en las inmediaciones de los ojos de agua y a quienes hay que agasajar de vez en cuando para tenerlos de nuestro lado y evitar que hagan maldades a la gente.
Continuando con los hechos. Una vez que se ha dejado la ofrenda de agradecimiento, las mujeres pasan a bailar la danza del torito, en ella se usa un torito (en esta ocasión fue uno como los que se quemán con polvora, pero igual puede ser de otro material, recuerdo hace años haber visto que usaban un cebú de cerámica, de esos que se utilizan como alcancía) y se hace como si el toro quisiera embestirlas. Aquí otro asunto interesante. San Lucas está asociado con la imagen del toro (hay que remitirse al Apocalipsis para entender esta alegoría, pues cada uno de los autores de los evangelios tiene un símbolo), de ahí el porque es precisamente esta la danza que se realiza.
Para finalizar, una vez concluida la misa y la danza del torito se procede a una comida comunitaria, supongo que algunos miembros de la iglesia se organizan para hacerla. Hay tamales nejos y mole. Algunas familias no toman parte de esta comida si no que llevan la propia y se quedan también un rato en el ojo de agua para convivir entre ellos.
Tal vez en este momento estoy siendo muy parco en mi descripción del festejo, pero lo que pretendo compartir, por si alguien se anima a presenciar esta celebración, pues al ver todo lo que ahí ocurre es cuando las ideas vayan fluyendo y el análisis pueda ser más rico. Como quiera que sea, lo interesante es descubrir esos elementos que se filtran de tradiciones y creencias diferentes al catolicismo. De hecho, ello nos puede llevar a pensar que el catolicismo está lejos de ser una creencia religiosa pura (para dolor de los católicos conservadores y para alegría se sus críticos) pues muchas de las cosas que en ella hay tiene por origen una creencia religiosa diferente, y si se aplicaran los dogmas y creencias originales nada tendría que ver con lo que nosotros llamamos catolicismo. De ahí se parte para que muchos cristianos no consideren al catolicismo con parte del cristianismo sino más bien una especie de herejía que lleva a sus feligreses al camino de la perdición, o sea, al infierno por idólatras.
Yo solo se los comparto, ustedes decidan.
Hasta la próxima y como un avance, les dejo un tema que está haciendo ruido: EL AMERO
Continuando con los hechos. Una vez que se ha dejado la ofrenda de agradecimiento, las mujeres pasan a bailar la danza del torito, en ella se usa un torito (en esta ocasión fue uno como los que se quemán con polvora, pero igual puede ser de otro material, recuerdo hace años haber visto que usaban un cebú de cerámica, de esos que se utilizan como alcancía) y se hace como si el toro quisiera embestirlas. Aquí otro asunto interesante. San Lucas está asociado con la imagen del toro (hay que remitirse al Apocalipsis para entender esta alegoría, pues cada uno de los autores de los evangelios tiene un símbolo), de ahí el porque es precisamente esta la danza que se realiza.
Para finalizar, una vez concluida la misa y la danza del torito se procede a una comida comunitaria, supongo que algunos miembros de la iglesia se organizan para hacerla. Hay tamales nejos y mole. Algunas familias no toman parte de esta comida si no que llevan la propia y se quedan también un rato en el ojo de agua para convivir entre ellos.
Tal vez en este momento estoy siendo muy parco en mi descripción del festejo, pero lo que pretendo compartir, por si alguien se anima a presenciar esta celebración, pues al ver todo lo que ahí ocurre es cuando las ideas vayan fluyendo y el análisis pueda ser más rico. Como quiera que sea, lo interesante es descubrir esos elementos que se filtran de tradiciones y creencias diferentes al catolicismo. De hecho, ello nos puede llevar a pensar que el catolicismo está lejos de ser una creencia religiosa pura (para dolor de los católicos conservadores y para alegría se sus críticos) pues muchas de las cosas que en ella hay tiene por origen una creencia religiosa diferente, y si se aplicaran los dogmas y creencias originales nada tendría que ver con lo que nosotros llamamos catolicismo. De ahí se parte para que muchos cristianos no consideren al catolicismo con parte del cristianismo sino más bien una especie de herejía que lleva a sus feligreses al camino de la perdición, o sea, al infierno por idólatras.
Yo solo se los comparto, ustedes decidan.
Hasta la próxima y como un avance, les dejo un tema que está haciendo ruido: EL AMERO
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