El día de ayer se conmemoró el día de la mujer (que, dicho sea de paso no es un día para festejar), en memoria de las mujeres que han luchado a lo largo del tiempo por lograr un trato digno y respetuoso (en ese sentido es sorprendente lo bestias que podemos llegar a ser los hombres) en esta sociedad plagada de inequidades y desigualdades.
Dentro esta tónica, el mismo día de ayer aparecieron dos notas muy interesantes. Una en El Universal, donde se aborda la cuestión de la no maternidad de algunas mujeres, y otra en La Jornada, donde se dice, en resumidas cuentas, que la mujer más que haberse liberado, sólo se convirtió en un engranaje mas del capitalismo.
Resulta interesante, de entrada, que a lo largo del tiempo, la maternidad esté considerada como la culminación de la mujer (y, en ese sentido, los hombres no salimos mejor librados ¿cómo vas morir sin dejar descendencia? ¿cómo vas a ser tan egoísta? son algunas de las preguntas-juicios que nos toca escuchar) y que es lo más esperado para todas. Sin embargo, igual que la autora de esa nota, considero que maternidad y paternidad no tienen por qué ser una opción obligatoria para las personas, dejemos de lado las obligaciones cotidianas que eso implica (y, en verdad, el argumento de "es que te da miedo la responsabilidad" se me hace muy barato), y más de lado el veredicto del papa Francisco de que las parejas que deciden no tener hijos lo hacen por puro hedonismo(¡bueno fuera!). En este modelo capitalista de explotación, cada hijo es un miembro del ejército laboral de reserva que garantiza bajos salarios y nulas prestaciones (¡oh, desgracia la mía! No dudo que mis hijos me la mienten cuando crezcan) pues el exceso de demandantes garantiza que los capitalistas sean los únicos ganones, a eso sumémosle las condiciones actuales en las que se encuentra nuestro planeta. Es un hecho real que el planeta nos está pegando de gritos diciendo que ya no aguanta más a tanta gente (y aunque argumentemos que el problema es que la riqueza está mal distribuida, igual que el acceso a satisfactores cotidianos de nuestras necesidades, hemos sobreexplotado al pobre planeta) y pensar optimistamente que ellos estarán mejor que nosotros se me hace iluso, pues aunque se lleguen a lograr revertir las "reformas" que EPN ha realizado en este país, y lo mismo hicieran en otros países, el problema del agua potable, del deshielo en los polos, de la capa de ozono (que de ser como lona ahora no llega ni a manta de cielo) y los otros que existen, no se revertirán sino, minimamente, en cosa de 100 años...
Ustedes disculpen la dosis alta de realismo, pero no puedo tomar a la ligera la expresión de "los hijos siempre son una bendición". Si uno voltea hacia las comunidades indígenas, hacia África, y otras zonas donde la marginación es alta ¿siguen siendo una bendición? ¡zaz! Las tasas de mortalidad siguen siendo altas, siguen sufriendo discriminación, no acceden a la educación y si migran, ¡peor les va!
Lamentablemente, esa negativa a aceptar a mujeres que no quieren tener hijos, está muy influida por el discurso religioso (en el antes ya citado"los hijos son una bendición" y en el célebre "creced y multiplicaos"), por lo que muchas veces deben, por así decirlo, ocultar su decisión bajo un discurso de "es que no ha pegado", "no hemos podido" y cosas así. Sin embargo, muchas veces se desconoce sus motivaciones. Lo más fácil es pensar que es porque están bronqueadas con su propia vida, con su historia familiar, pero no tiene por qué ser así, pues además, conozco algunas que han tomado esa decisión y saben querer y tratar a los niños, así que, por favor, no las juzguen a la ligera. Volviendo al punto de las motivaciones, recuerdo el caso de una señora que decía "prefiero arrepentirme por no haber tenido hijos, que por haberlos tenido", pues consideraba los riesgos que implica para ellos el estar en este planeta. Y, seamos honestos, entre el narcotráfico, las adicciones, la corrupción social, las condiciones laborales, etc., pensar que sólo gracias a nuestras atenciones, amor y cuidados los vamos a salvar de ello, pues nada nos lo garantiza, en realidad estamos haciendo una apuesta que no sabemos si ganaremos (que todos deseamos ganarla, eso es un hecho), y por eso que hay quien dice "no quiero, gracias", y a ello hay que sumar el alto costo (emocional y económico) que implica ser madre, y si se es madre de un niño con alguna necesidad o discapacidad...
Por motivos como los anteriores, si su decisión es no ser madre, lo menos que puedo hacer es felicitarlas por el valor de enfrentarse a una sociedad y aun sistema que lo demandan, pero también felicitarlas por haber hecho un examen de conciencia que les lleva a ser honestas consigo mismas y tomar una decisión de ese tipo.
Lamentablemente, esa negativa a aceptar a mujeres que no quieren tener hijos, está muy influida por el discurso religioso (en el antes ya citado"los hijos son una bendición" y en el célebre "creced y multiplicaos"), por lo que muchas veces deben, por así decirlo, ocultar su decisión bajo un discurso de "es que no ha pegado", "no hemos podido" y cosas así. Sin embargo, muchas veces se desconoce sus motivaciones. Lo más fácil es pensar que es porque están bronqueadas con su propia vida, con su historia familiar, pero no tiene por qué ser así, pues además, conozco algunas que han tomado esa decisión y saben querer y tratar a los niños, así que, por favor, no las juzguen a la ligera. Volviendo al punto de las motivaciones, recuerdo el caso de una señora que decía "prefiero arrepentirme por no haber tenido hijos, que por haberlos tenido", pues consideraba los riesgos que implica para ellos el estar en este planeta. Y, seamos honestos, entre el narcotráfico, las adicciones, la corrupción social, las condiciones laborales, etc., pensar que sólo gracias a nuestras atenciones, amor y cuidados los vamos a salvar de ello, pues nada nos lo garantiza, en realidad estamos haciendo una apuesta que no sabemos si ganaremos (que todos deseamos ganarla, eso es un hecho), y por eso que hay quien dice "no quiero, gracias", y a ello hay que sumar el alto costo (emocional y económico) que implica ser madre, y si se es madre de un niño con alguna necesidad o discapacidad...
Por motivos como los anteriores, si su decisión es no ser madre, lo menos que puedo hacer es felicitarlas por el valor de enfrentarse a una sociedad y aun sistema que lo demandan, pero también felicitarlas por haber hecho un examen de conciencia que les lleva a ser honestas consigo mismas y tomar una decisión de ese tipo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario