BIENVENIDOS A DISIENTO. EL BLOG DE DAMIAN MONTAÑO

Algo hay de soberbia al tener un blog, es un espacio de exhibición personal abierto a todo mundo. Cierto, y no lo niego. Pero es, a la vez, una posibilidad de expresar ideas, generar debate y reflexión acerca de temas que muchas veces no son abordados como debiera ser (aunque no creo que aquí se pueda en su totalidad) y esta es mi intención.
Espero que a partir de estas lecturas podamos salir, liberarnos, de la enajenación tan en boga, del materialismo, del consumismo, de la virginidad neuronal y podamos ver el otro lado de algunas cosas que consideramos tan normales o que vemos sólo por encimita. En el último de los casos, me conformo con que sea un lugar pa'l chismorreo rico, del que te dan ganas de seguir en él.
Espero que lo disfruten y cooperen haciendo críticas, aportando datos, discrepando. De hecho, de ahí viene el nombre: DISIENTO, no estoy de acuerdo, pero refuto, cuestiono, pienso.
Ojalá y el objetivo se cumpla.

martes, diciembre 19, 2006

CUANDO EL DOLOR NOS “ACARICIA”

Supongo que en alguna ocasión ustedes han estado en esas situaciones desagradables que la vida nos va presentando. Las diferencias que hay entre nosotros están determinadas, en muchas de las ocasiones, por nosotros mismos, la respuesta que damos a esos acontecimientos nos marca, y muchas veces como un tatuaje que de por vida nos va a acompañar. En días anteriores platicábamos acerca de la violencia, y creo que de ahí salieron mis reflexiones. Para mi ha sido difícil el relacionarme con personas violentas y agresivas, no encuentro gusto por el sufrimiento que genera el tratar a alguien así, mi estructura de personalidad y mi historia me marcan; además, pelearme por alguien no me late (y más que cobardía se me hace una inutilidad: si mi novia o esposa no desea estar conmigo ¿para qué rayos voy a romperme la cara con un fulano que la anda pretendiendo? Sería inútil, la decisión la tiene ella, y como yo estoy lejos de esa parte del mundo animal donde hay que pelearse con otro macho para que la hembra se quede conmigo, la verdad no le entro), y hasta este momento no ha habido alguna justificación como para que mi agresión salga a flote por medio de los golpes. En ese sentido resulta triste (al menos para mi) ver a otros caer en relaciones de tipo sadomasoquista y que, aunque a veces reconocen que no es sano ni bueno, siguen ahí. ¿Es una cuestión de locura? (digo, una amiga defendía su relación y hasta decía que yo no he amado con esa locura que ella amaba y que, esperaba, no llegara a amar así……… sólo espero que Dios me proteja siempre, y yo me pongo en sus manos porque lo que me tocó ver no era digno de una persona como ella, y sin embargo decidió seguir enganchada a una relación terrible) Sí, es locura, pero entendida más bien como desorden mental, como resultado de nuestros vacíos (esos tan llevados y traídos) que nos llevan a aferrarnos a algo que no es bueno ni sano, creemos que el mundo se acaba, que sin la otra persona no podemos vivir…… y la relación se convierte en algo que no nos genera ni verdadera felicidad ni nos deja buscarla. Lamentablemente me ha tocado ver a varias personas que caen en las redes de estas relaciones. Sólo vez cómo se consumen, cómo caen en un abismo, cómo en algunas ocasiones van perdiendo la vida (literal y metafóricamente) y junto con ello la alegría, a la que confunden con esos ratos tan raros que surgen de la terrible maldición de la “sabiduría popular” que dice que “lo bueno de las peleas son las reconciliaciones”. ¡FALSO! Ese es sólo el gancho para no salirte de ese círculo, después las cosas empeoran. Y aunque a decir de los que han experimentado estas reconciliaciones en verdad son muy intensas (yo diría “¡no pues si!, uno con los cargos de conciencia tan grandes, y la autoestima destruida del otro -ansioso por juntar los cachitos que le quedan, son el complemento ideal”) el problema es que a la larga las reconciliaciones son más breves y los pleitos más intensos. Después, cuando ya te has convertido sólo en la sombra de lo que fuiste ¿hacia donde te haces? No hay salida, y lo malo es que el camino parece que nunca se acaba…… ¡qué lástima! Aquí el punto era marcar cómo, en la mayoría de los casos, el problema inicia desde el noviazgo, con una pequeña palabra “tont@, babos@, estúpid@, etc.” y después un jalón, y después una cachetada y después……

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