BIENVENIDOS A DISIENTO. EL BLOG DE DAMIAN MONTAÑO

Algo hay de soberbia al tener un blog, es un espacio de exhibición personal abierto a todo mundo. Cierto, y no lo niego. Pero es, a la vez, una posibilidad de expresar ideas, generar debate y reflexión acerca de temas que muchas veces no son abordados como debiera ser (aunque no creo que aquí se pueda en su totalidad) y esta es mi intención.
Espero que a partir de estas lecturas podamos salir, liberarnos, de la enajenación tan en boga, del materialismo, del consumismo, de la virginidad neuronal y podamos ver el otro lado de algunas cosas que consideramos tan normales o que vemos sólo por encimita. En el último de los casos, me conformo con que sea un lugar pa'l chismorreo rico, del que te dan ganas de seguir en él.
Espero que lo disfruten y cooperen haciendo críticas, aportando datos, discrepando. De hecho, de ahí viene el nombre: DISIENTO, no estoy de acuerdo, pero refuto, cuestiono, pienso.
Ojalá y el objetivo se cumpla.

martes, enero 30, 2007

EL DOLOR DE LA MUERTE... ¿O DE LOS RITOS RELACIONADOS CON LA MUERTE?

Repasando algunas cosas relacionadas con la muerte, me quedaba pensando el otro día sobre lo masoquista que es el rito del entierro. Digo, tradicionalmente se entierra a las personas que han fallecido, y con todo un ritual alrededor, en los casos del catolicismo se le vela, se le lleva a misa (de ser posible) y algunos piden ser acompañados por mariachis o banda en el camino al cementerio. Ya ahí se procede a descender el ataúd y en ese momento es cuando, de acuerdo a lo que he visto, se acentúa más el dolor de la partida del otro, que ya de por sí se ha estado evidenciando a lo largo de todo el proceso anterior. Supongo que la última parte, el descenso del ataúd, debe de ser horrible: todo lo que ves, todo lo que cruza por tu mente, lo que imaginas, lo que sientes!!!!! QUE HORROR!!! QUE ANGUSTIA!!!!!
En ese sentido creo que la cremación es una opción menos dolorosa para los deudos, al menos eso es lo que percibí la semana pasada, te permite ver la partida del otro de una forma diferente, menos dolorosa (aunque eso no signifique que no duele), y cuando te entregan las cenizas tienes una actitud diferente al marcharte, actitud que no aparece cuando han cubierto el ataúd y han llenado de flores un lugar. Al menos así lo veo, así lo sentí, duele menos y te ayuda a aceptar esa transición. No sé qué piensen los que han tenido que estar en esta situación pero esa impresión me dio, porque incluso eso es lo que vi en mis parientes, como una aceptación más tranquila y así los he sentido en estos días.
Tal vez sólo son formas de hacerse a la idea de la partida del otro, no lo sé, sólo sé que así lo hacemos. No hay más

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