BIENVENIDOS A DISIENTO. EL BLOG DE DAMIAN MONTAÑO

Algo hay de soberbia al tener un blog, es un espacio de exhibición personal abierto a todo mundo. Cierto, y no lo niego. Pero es, a la vez, una posibilidad de expresar ideas, generar debate y reflexión acerca de temas que muchas veces no son abordados como debiera ser (aunque no creo que aquí se pueda en su totalidad) y esta es mi intención.
Espero que a partir de estas lecturas podamos salir, liberarnos, de la enajenación tan en boga, del materialismo, del consumismo, de la virginidad neuronal y podamos ver el otro lado de algunas cosas que consideramos tan normales o que vemos sólo por encimita. En el último de los casos, me conformo con que sea un lugar pa'l chismorreo rico, del que te dan ganas de seguir en él.
Espero que lo disfruten y cooperen haciendo críticas, aportando datos, discrepando. De hecho, de ahí viene el nombre: DISIENTO, no estoy de acuerdo, pero refuto, cuestiono, pienso.
Ojalá y el objetivo se cumpla.

lunes, julio 24, 2006

UN VIAJE EN EL TIEMPO….

Hola. Espero el fin de semana les haya tratado aunque sea medianamente bien. Yo por mi parte no me puedo quejar. Les presumo y comento que el día sábado, después de atender mis obligaciones matutinas, y en vista de que me habían dejado en calidad de plantita recién transferida y con algo de tiempo disponible, además de que me armé de valor para hacer el viaje Jiutepec-Zapata en bicicleta, me decidí a visitar un vejestorio al cual tenía olvidado desde hace más o menos 3 años… cuando en compañía de Clau, mi celebre ex, y unos alumnos de la UTEZ me convencieron de ir a visitar a tan celebre monumento….

¡No piensen mal! Estoy hablando de mi muy querida ExHacienda de Dolores, la última vez que la dejé se encontraba, como en todas las ocasiones anteriores, en franco descuido y abandono (digo, no se puede pedir más a unas ruinas que se encuentran en pleno campo y a merced de los bandoleros posmodernos que, emulando a los antiguos hombres de las cavernas, son seguidores asiduos del grafiti y las “placas” en las paredes), con maleza a todo su alrededor y los “recuerdos” de quienes (en franca ignorancia cultural y total virginidad neuronal) pretenden ser reconocidos por los demás, o bien, encontrar un grande y maravilloso (e inexistente) tesoro. Grata sorpresa fue el ver que el Ayuntamiento de Zapata (o los ejidatarios, en todo caso) le han estado dando una manita de gato (¡lo malo es que a la pobre le hace falta algo más que una patota de elefante!), ya no hay maleza cubriendo los muros y espacios de la misma, esto es bueno porque garantiza que durará en pie al menos unos años más; la mala noticia: ver que algunos trozos de pared han caído, bien por culpa de algunos árboles (las raíces de huamuchil son malísimas para las construcciones) o por culpa del tiempo y los fenómenos naturales (¡Oh, tragedia!, el enemigo a vencer que nadie puede vencer), sin embargo es un espectáculo maravilloso ver que a más de 300 años (según don Alfonso Toussaint en el libro “Las Haciendas de Morelos” [Miguel Ángel Porrúa, México, 1997] fue construida hacia 1696) la hacienda sigue en pie. Lo mejor de todo fue que por primera vez me toca ver la hacienda con la naturaleza reverdecida ya que mis otras visitas siempre han sido en temporada te secas y, quiérase que no, le resta vida a la construcción. Por lo mientras, espero ir prontamente para tomarle algunas fotos para mi colección. Si alguien se anima, ya saben, pueden apuntarse, nada más avísenme y nos ponemos de acuerdo. ¿Les late? Eso sí, si tienen bici, mejor, para llegar más rápido, ahora que si quieren, la caminada también está padre.

No hay comentarios.: